19 de enero de 2011

Seguir a Chavez


He tenido que afrontar una guerra que afortunadamente no ha sido conmigo mismo, como si ocurre con muchos de los seres que habitan el planeta, como ocurre con algunos de esos seres que deciden abrir la boca para decir los que tal vez no debieran ni mencionar, por no tener una mínima claridad de las cosas. Siendo yo hace unos años seguidor de ideologías novedosas con tendencia al cambio de naturaleza humana y social empezaba a empecinarme en apoyar a un Chávez que daba visos de defenderse de un asesino empedernido inexcusable llamado Álvaro Uribe.
En una cena familiar, como es de costumbre en las reuniones con amigos o familiares, se encontraron en mi a un crítico del mundo y la sociedad; en eso me topé en con mi cuñado, valga decirlo, empresario, español y seudo capitalista, hablando mal de un tal Dictador Chávez que imponia leyes en una tal República de Venezuela. Yo de inmediato me interpuse con argumentos emanados de unas cuantas lecturas sobre la hermana Venezuela y además testimonios de mi compañera de piso y su madre, costeñas colombo venezolanas, quienes viven entre fronteras. Al final no pude llevar una discusión normal con mi impulsivo y obtuso interlocutor quien, con la prepotencia propia de la idiosincrasia española, se quiso imponer. Yo terminé concluyendo, para no enzarzarme mas, en que con los ojos cerrados preferiría a un Hugo Chávez antes que a un Álvaro Uribe, lo cual le indignó mas, irrespetando del todo mi seguridad en los conocimientos y “vivencias” sobre los acontecimientos s de “mi nación”.

Ese día marcó para mi una pauta y la decisión de iniciar una investigación para atesorarme de conocimientos mas afianzados sobre la realidad de Venezuela y Chávez, planteándome incluso viajar al hermano país para vivir la realidad en carne propia. Hoy por hoy, que tengo mejores conocimientos sobre el tema, que me llega información diversificada y que puedo contrastar, no estoy seguro; además de estar “segurísimo”, me declaro Chavista.

El socialismo moderno tiene tintes que Chávez ya aplica. No estamos hablando de un socialismo basado solo en el manifiesto comunista de Marx y Engels; estamos hablando de un sistema moderno y concienzudo, que marca pautas en el manejo de la seguridad, de la economía e incluso de la información. Un socialismo que, no obstante, es campechano, con un líder del pueblo y para el pueblo, y una población que se desvive por recrearse en un Chavismo, en un populismo que hiere, sobretodo, a las arcas de tradicionalismo de quienes no le siguen, de los opositores.

Chávez ha logrado popularizarse de tal manera que ningún gobierno capitalista, en los tiempos que corren, podría hacer con verdadera conciencia social. Las estadísticas nacionales lo demostraban, pero no era algo que al gobierno de Chávez le interesara difundir fuera de sus fronteras. Hoy en día la ONU lo reconoce, “Venezuela está progresando”. Del año 2007 a 2009 el Indicador de Desarrollo Humano, que mide el acceso a la educación, la esperanza de vida y erradicación de la pobreza, ya se había incrementado cuatro puntos. Este sábado 15 de enero de 2011, El bolivarianísimo Hugo Chávez Frías, desgrimiendo cualquier investidura dictatorial que se le adjudicase, se plantó 7 horas frente a la asamblea, frente a la oposición también, para rendir las cuentas. ¿Qué está manipulando los medios? Y porqué no, si lo esta haciendo bien.

Juan Jo