5 de agosto de 2009

El Colombiano

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El colombiano común es una persona vibrante, alegre, trabajadora, sociable y casi pro activa. Su historia viene atesorada de un calvario de situaciones que han labrado su proceso antropológico; en medio de este proceso resulta entonces un ser con unas características especiales que termina matizado también por la herencia étnica, la cual ya es una combinación en si misma. Esta característica junto a otras que iré citando determinan la diferencia con otros congéneres latinoamericanos. Una serie de dificultades relacionadas con lo económico que ya suman varias generaciones terminan de dar forma al carácter de un ser suspicaz, creativo y recursivo. Sin embargo en personas menos acosadas por la necesidad o simplemente afortunadas han podido florecer internacionalmente portentos seguramente nacidos de esta misma mezcla racial, dándose renombre sobre todo a nivel individual en diferentes ramas como en lo deportivo, lo científico, la literatura y mayormente lo artístico.

No obstante, y siguiendo latente la imaginación y recursividad de manera casi técnicas, se ha sembrado y cultivado el poder del dinero fácil (el narcotráfico), como intento de ser el elemento regulador de una sociedad desigual y un pueblo abandonado por el gobierno casi en una sociedad de castas (socio-económicas). Gobierno que con el paso del tiempo en lugar de alinearse se apoya en la decadencia, la nueva decadencia. Altos estratos egoistas y descerebrados haciendo caso omiso de los valores sobre todo de igualdad, pero también de humanidad y en contraposición y detrimento de la soberanía que ostentan patrióticamente los siempre-pobres.

El pobre no se ha degradado; hace uso de salidas creativas para ilusiones efímeras de las cuales no llega a ser del todo culpable, al adentrarse con egoismo en deseos objetivos, mientras la clase media divaga en un círculo cerrado solo abierto a clases superiores. Siendo una nación pluriracial, con muy bajo índice racista, narra en sus filas la disgregación social que determina distanciados estratos económicos y sentenciando falsos preceptos. Como dice el poeta, ensayista y novelista colombiano William Ospina, último galardonado del Rómulo Gallegos: "nosotros creemos que los que realizan trabajo físico son inferiores que los oficinistas, creemos que los que trabajan para uno son inferiores que uno".

El oro blanco (la cocaina) no está relacionado con el nacimiento de este carácter colombiano, pero actualmente está haciendo un aporte histórico a los rasgos del colombiano. No tendríamos que ser tan radicales diciendo que todos nuestros problemas nacen del narcotráfico. Un adulto que lea un poco, que se instruya un poco o un adolescente que se le antoje medio leer la historia tardía de Colombia se dará cuenta que venimos teniendo problemas de injusticia social desde antes del M19, el ELN, EPL o las FARC. Que ni mucho menos el cebo televisivo de las para política, narco para política o farc política recrean el problema de fondo. Ha habido un ciclo repetitivo de defensa de las tierras, recursos y riqueza (el tesoro público) por parte de los gobiernos en componenda con los potentados nacionales y también con los transnacionales y el gobierno americano, pues los alcances internacionales de la Corporatocracia americana ya no son un secreto ni mucho menos un mito.

¿Será que en Colombia existe una riqueza tan enorme que no apetece administrarse bien? Tal ves no haga falta ante tanto analfabeta que ni se entera. Tal ves con un poco de mano dura a estos universitarios pesados interesados en educarse podemos paliar ese mínimo deseo racional de compartir la propiedad privada que se pueda generar entre la gente pobre. A los gobiernos que se amparan en los grupos adinerados dueños de grandes corporaciones no les interesa invertir en educación pues la educación constituye la apertura de la conciencia y de los ojos, la educación es pensar y evaluar por si mismo, la educación es investigar, la educación es sopesar, comparar; pero sobretodo la educación permite ser consiente de la vida, la familia, el trabajo, las necesidades básicas por ley, la importancia de la convivencia social y la confraternidad, etc. Por eso la escuela no es gratis y la Universidad es carísima.

¿Cómo puede concebirse que un "burro criminal" con una cinta de AUC en el brazo llame por teléfono al director de una Universidad y con palabras tan bastardas e inicuas le coaccione y, peor este, se deje persuadir; pro al grotesco proceso de supuesta "sanación" en la institución que dicho individuo rebuzna por propuesta?!

Sabemos que si hay un pueblo culto o medio educado, medio consiente, medio reflexivo, contaremos con personas con los ojos y la mente abierta que no solo iniciarán proyectos y empresas y crearan inventos, sino que serán trigo limpio para una sociedad que lo necesita con urgencia. Que se queden enajenados nuestros abuelos, nuestros padres; pero esta generación tiene que surgir. Esto lo saben y lo temen los ministros, los magistrados, los presidentes, los ricos. Precisamente el carácter hecho de este pueblo hace tan peligroso darle alas al colombiano contando que es una raza pujante y certera; por eso los ricos no darán el brazo a torcer facilmente. Un pueblo educado no será engañado y un pueblo despierto nunca será tuerto. Muchos estudiantes colombianos despiertos serían una pesadilla para un gobierno burgués opresor, cuando se parte de un básico simple: tenemos que darle de beber al sediento, de comer al hambriento y atención para el enfermo.

Nacemos con conciencia pero vamos aprendiendo a perderla. El ciudadano de un país como el nuestro tiene la opción de dos procesos y el punto de partida es cuando adquirimos el uso de razón. Un proceso es el de la "animalización"; proceso durante el cual este ser humano aprende a trabajar, vive una vida muy llana dejándose atrapar por ansias, deseos, pasiones mundanas y se acompaña de los más bajos instintos terrenales y el crédito. El otro proceso se basa en la fundición de un intelectual, donde la conciencia le lleva de la mano al hombre y le instruye con las herramientas de la educación, la cultura, la socialización, la sensibilización en un universo, la visión de varias dimensiones del placer de vivir, cohecho como integrante de una pareja, de una familia, de un grupo y de una sociedad con sentido realmente humano.

¿En que grupo quieres estar?

Juan Jo
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