14 de mayo de 2008

Retrospectiva Cultural


Mil pueblos han pasado por mis ojos y cientos de cafés he tomado. Como una enferma tradición de recorrer países, ciudades y pueblos nuevos, pero ahora preclaro inconsciente logro de amplitud visual de los pueblos del mundo. No tan grande, todavía, como pudiera mi inmensamente imperfecta memoria humana. Ya he empezado por lo menos a permitirme una visualización del mundo, un pensamiento superior, un concepto a parte. La idea de poder concebir un pensamiento medianamente transparente y neutral que visualice al ser humano o habitante de este planeta como el mismo elemento con diferentes costumbres, costumbres estas que se confieren como ventajas o limitantes del pensamiento general. Tendría que abrirse una nueva raza, “la de los abiertos, la de los comprensivos” , pero ese invento todavía no tiene ni bosquejo. Y mientras tanto el mundo seguirá siendo una forzosa socialización y negociación (o no, según el tiempo y el espacio) con una pequeña ventana a las relaciones personales; a parte de todo.
Las personas de esos mil pueblos han estado frente a mi con mis mismos ojos, pero con la etiqueta tan simple de sus maquillajes, vestidos y colores, como complicada de sus creencias, sociedades y banderas. Repito, “han estado frente a mi con mis mismo ojos” en una de las oportunidades mas impresionantemente fascinantes de los grupos humanos: los festivales folklóricos de música y danza. Y luego en esa ventanita llamada Internet también se vienen encontrando millones de ojos, eso si sin etiquetas, pues Internet no tiene color ni vestido mas que la palabra entre quienes se contactan amistosamente y amorosamente.
Pero falta mucho todavía.

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