9 de marzo de 2016

La última opción para el uribista, lo que sigue...


Los uribistas en el fondo parece que no saben lo que quieren... ¿la guerra por la guerra? Es fácil cuando se está en la casita y nuestros hijos no van a "esa" guerra, ni se enteran de la violencia, van del club al colegio o a la universidad.

Con guerra no se llega a la paz, se genera mucha más violencia, violencia desmedida. Según lo cual, los uribistas tendrían que vivir una verdadera guerra, como la de
Irak, Afganistan, Hiroshima o Vietnam, donde se bombardean todas las instituciones y estamentos, donde no ningún niño indefenso adolece, donde llueve infierno del cielo, donde no hay bunker-político que valga ni casa que quede en pie, ni color que represente a nadie, pues todo se pone rojo sangre, oscuridad y polvo, donde cada día saldremos por miles a través de las fronteras, como en Siria.

Vivimos en un mundo donde cada vez se venden más libros y se ven más videos de coaching, entrenamiento personal, espiritual, entrenamiento empresarial; y hablo de esto porque se supone que los mayores seguidores de las abstrusas ideas de Uribe son los menos pobres y empresarios, más, los insulsos que no se despegan del mayor desinformante del país, los medios masivos de comunicación en televisión (corríjanme si me equivoco).

Y yo me pregunto, volviendo a los cultos seguidores de Uribe, ¿ustedes no practican nada de eso que el nuevo mundo promueve, que el nuevo universo humano está practicando, no les sensibiliza ni por el brillo de los ojos de sus bebés, ni por la risa de sus grupos de amigos universitarios?

¿La espiritualidad, la paz, la nueva educación, el futuro… de verdad piensan que un futuro “negro” para la otra mitad de la humanidad reproducirá los deseos de paz al interior de sus hogares? ¿De verdad creen que sembrar la semilla del odio les permitirá cosechar tranquilidad y paz?

Déjenme decirles que están sumamente equivocados, déjenme contarles que incluso gente muy sencilla, que no tiene garantizado nada en esta Colombia sin recursos para los desfavorecidos, gente humilde con muy pocas oportunidades, y que sufrieron la tragedia de la muerte en este conflicto, están dispuestas a perdonar, no necesitan ni siquiera estudios ni nombres de alcurnia para decir, perdono y sigo, porque eso es lo siguiente, lo único que nos puede empezar a salvar de ese odio que nos disminuye como seres humanos y nos acerca a alguna extraña raza animal, que no merma con religiones ni con estudios en Harvard.

La propuesta es simple y es la que proponen los estudiosos de la mente, sicólogos, filósofos y conferencistas del nuevo mundo. Permitámonos voltear la tortilla, esa reacción de cambio sin pensar, decir no más, probemos otra cosa, dejemos el resentimiento y permitámonos de manera orgánica, natural, que sucedan las cosas, las conversaciones, los diálogos, los acuerdos y la paz. #AlesGutierres

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